Natural de Escocia, nació el 30 de septiembre de 1921. En su haber, al menos hay medio centenar de películas, entre las que podríamos destacar Las minas del Rey Salomón, El Rey y yo, Quo Vadis? o Julio César. Pero sin duda, hay dos films por los que la recordaremos eternamente: la romántica Tú y yo (An affaire to remember), que fue objeto de un almibarado homenaje en los 90 con la película Algo para recordar (Sleepless in Seattle); y, sin lugar a dudas, por ese apasionado beso playero con Burt Lancaster en De aquí a la eternidad.
Kerr obtuvo un Oscar honorífico a toda su carrera allá por el año 1994.
Descanse en paz esta gran dama de la interpretación.
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