Parecía que nadie les iba a tomar en serio, pero los guionistas de Hollywood se han echo fuertes con el paso del tiempo y, transcurridos ya tres meses desde que se iniciara la huelga de bolis caídos en la Meca del Cine, acaban de dar su primer golpe de efecto: la ceremonia de entrega de los Globos de Oro se ha suspendido por primera vez en su historia.
El hecho es que mucha gente dentro de la industria se había solidarizado con este gremio; incluso algunas de las grandes estrellas del celuloide habían anunciado su intención de no acudir a la gala, estuviesen o no nominados a alguno de los premios. Esta ha sido quizás la gota que ha colmado el vaso de la NBC, propietaria de los derechos de emisión de la considerada antesala de los Oscar, y la cadena americana anunciaba hace unos días que la famosa cena de gala (donde los corresponsales extranjeros en Los Ángeles hacen entrega de los premios a lo mejorcito del año en la pequeña y gran pantalla) sería sustituída por una austera rueda de prensa.
Así las cosas, ya muchos dudan que la propia ceremonia de los Premios de la Academia, popularmente conocidos como los Oscar, vaya a celebrarse este año por el mismo motivo, ya que la cosa, a día de hoy, no tiene visos de solucionarse a corto plazo.
Mientras tanto, las grandes cadenas americanas de entretenimiento comienzan a notar los efectos de esta huelga, ya que desde hace algún tiempo no se ruedan nuevos episodios de sus series punteras, como PERDIDOS, HOUSE o ANATOMÍA DE GREY. Unos efectos que, dentro de poco, notaremos aquí en España cuando esas nuevas temporadas no lleguen.
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