Con esos acordes inconfundibles y esta voz que no se puede escuchar sin ponerle un artículo antes en mayúscula que la convierta en La Voz, abrimos un pequeño espacio en este programa para rendir homenaje al mejor cantante que ha tenido el cine y al mejor actor que ha tenido el mundo de la música. Frank Sinatra, de cuya muerte (como ya sabréis todos si no habéis estado exiliados en Uzbequistán sin tele, sin radio y sin prensa esta última semana) se acaban de cumplir este pasado día 14 la friolera de diez años.
A estas alturas ya se ha hablado largo y tendido de la carrera de este artista que se convirtió en una de las estrellas más fulgurantes del Hollywood clásico y glamouroso. Intérprete pasable en sus primeras películas, siempre en papeles secundarios, lo bordó como actor de reparto en DE AQUÍ A LA ETERNINDAD… Tanto, que se llevó el oscar a casa por su interpretación, (aunque las malas lenguas dicen que La Mafia Italiana intervino para que se lo dieran). Sin embargo, Cosa Nostra mediante o no, en 1955 demostró que lo que hizo dos años antes no fue casualidad. En EL HOMBRE DEL BRAZO DE ORO hizo el papel de un adicto a la heroína, que le valió el reconocimiento y aplauso unánime de la crítica.
Pero Sinatra fue mucho más que una voz y un rostro magnético, fue también icono de generaciones, carismático, caradura, juerguista y sobre todo mujeriego. Aunque de todas las mujeres que pasaron por su vida, la que más le marcó fue, sin duda, Ava Gardner. Por algo la llamaban el animal más bello del mundo, y más salvaje también, a juzgar por lo tormentoso de su relación, con episodios memorables como aquel en el que Frank llegó precipitadamente a la Costa Brava para atajar (derechazo mediante) la supuesta relación de la actriz con el torero Mario Cabré. Tras muchas peleas, borracheras y reconciliaciones, la separación llegó cinco años después, en 1956.
Tras Ava, sus devaneos amorosos le llevaron a dar con una jovencísima Mia Farrow, recién salida del rodaje de LA SEMILLA DEL DIABLO a sus escasos 19 años. Ella se enamoró perdidamente de él, del abrigo de armiño, del brillante de nueve quilates y de la pulsera de diamantes que La Voz le regaló. Cuando se enteró de su boda, la Gardner comentó: “siempre supe que terminaría en la cama con un chiquillo”. Su matrimonio apenas duró dos años. La calma llegó por fin a la vida sentimental de Franky en 1976 cuando se desposó por cuarta vez con Barbara Jane Blakely Marx, la viuda de Zeppo Marx y quién le acompañó hasta su muerte.
Otra de sus más famosas hazañas fue la de volver a juntar en 1957 a los miembros del selecto club que dos años antes había formado el inefable Humphrey Bogart. Un grupo de amigos conocido como el “Rat pack” entre los que se encontraban Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford, y Joey Bishop. Más tarde se unirían los miembros honorarios Milton Berle, Shirley MacLaine, y Tony Curtis. Con ellos se metió al público definitivamente en el bolsillo con sus actuaciones, tanto en los escenarios teatrales como en la pantalla, llenas de humor fino y elegante socarronería. La guinda del pastel de este "Rat pack" la pusieron en 1960 con la película LA CUADRILLA DE LOS ONCE.
En 1988 Sinatra volvió a juntar al "Rat Pack" y lanzó una gira en la que Sammy Davis Jr. y Dean Martin le acompañaban. Sin embargo, lo agotador del itinerario obligó a Martin a dejar el espectáculo. Fue sustituido rápidamente con Liza Minnelli. Luego vendrían sus dos discos de duetos en los que mezcló el estilo de su música con el sabor de artistas contemporáneos, lo que le valió que esos fueran sus discos más vendidos.
En definitiva, 10 años ya sin Sinatra, pero ¿Quién lo diría? Si no hay día que pase en el que no oigamos su voz inconfundible y eterna a través de la radio o la televisión, si siempre quedarán para el recuerdo esos temazos que él cantaba sin que, aparentemente, le supusiera más esfuerzo que un pestañeo… cómo olvidarle si está grabado en blanco y negro, de perfil y con sombrero de media ala, en la retina de todos los cinéfilos y melómanos de gusto exquisito… Frank Sinatra, siempre a su manera y para siempre en la música y en el cine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario