CON MÓNICA GALLO & ISRA CALZADO LÓPEZ
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lunes, 20 de abril de 2009

HAGAMOS CINE

por ISRA CALZADO LÓPEZ.

Tras más de diez años y multitud de cortometrajes de toda índole a mis espaldas -ya no sólo en responsabilidades de producción o dirección, sino también en otros aspectos técnicos y creativos- , si la experiencia le enseña algo a uno es que en este mundillo hay que ser de lo más cauto. Hasta el proyecto más preparado a priori y contando con el mejor equipo técnico y humano posible puede irse al garete si la combinación de todos los ingredientes no dan como resultado esa chispa, esa magia que sobrepasa el cariñoso apelativo de corto para transformarse puramente en cine.

Sería muy aventurado -y muy presuntuoso- por mi parte afirmar rotundamente que ese hechizo tuvo lugar ayer domingo 19 de abril por la tarde a eso de entre las cinco y las diez de la noche, en la Sala Óxido de Guadalajara, donde un grupo de ¿aventureros? ¿inconscientes? conseguimos reunir a casi un centenar de amigos y extraños con un mismo objetivo: hacer cine. Echaba a rodar la primera secuencia en filmarse -la número 14 según la planificación- de DÍSELO TÚ, nuevo proyecto de BAIDEFEIS -el primero de este 2009- y el quinto que tengo la osadía de firmar como realizador profesional. Y aunque mi espíritu de productor me pide a gritos prudencia y serenidad -por lo anteriormente expuesto- , lo cierto y verdad es que como director no puedo sino sentirme más que entusiasmando con lo acontecido ayer tarde. El equipo curró al 150 %, la gente -voluntarios por la causa, insisto- colaboró de principio a fin, los chavales protagonistas -Gonzalo y Alberto, vaya par de cracks- pusieron todo de su parte y, como guinda, ahí tuvimos a los Despistaos en plan cameo estelar que, incluso en play-back, se dejan la piel en el escenario -rompiendo cuerdas, literalmente- contagiando con su música y su energía a todo el personal. Todo ello en una maratoniana jornada que dejó incluso tiempo para las risas, las bromas, las canciones a capella y sobre todo, muy buen rollo.

Comprenderéis, ante este panorama, que no es falsa modestia afirmar que con dichos elementos el trabajo de un director está, valga la expresión, chupao. Incluso -cosa insólita en un rodaje- se cumplió estrictamente con el plan y los horarios de rodaje, y creo que la gente se fue feliz y contenta de haber participado de un trabajo bien hecho.

Pero ahora, veinticuatro horas después, y una vez te he hecho también a tí, lector, de esta apasionante aventura, es momento de pasar página y comenzar el siguiente -y más intenso- capítulo de este reto. Dentro de una semana os daré buena cuenta de cómo ha transcurrido y ha finalizado toda esta odisea que es hacer cine.

Hagamos cine.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegra enormemente tu nueva incursión detrás de la cámara pero esta vez de director. Un abrazo y mucha suerte!!. David Corroto