Damas y caballeros, niños y niñas, jóvenes y mayores... pasen, pasen y acomódense en sus butacas para disfrutar del más divertido y apasionante espectáculo que nos podemos encontrar hoy día en la cartelera: STAR TREK, un lujazo cinematográfico que les hará vibrar en sus asientos cual montaña rusa durante las próximas dos horas.
Y es que el inefable J. J. Abrams no se ha limitado a firmar una precuela al uso por cumplir el expediente -caso de STAR WARS: EPISODIO I o la más reciente X-MEN ORÍGENES: LOBEZNO- , sino que, en una nueva vuelta de tuerca, poco más o menos que ha reinventado un género aparentemente caduco, la aventura espacial o space ópera, con una película dicharachera, divertida, un torrente luminoso y audiovisual que enganchará a todo tipo de públicos -sin necesidad de conocer la mitología y el universo creados hace ya cuatro décadas por Gene Roddenberry- y sin dejar de homenajear con sentidos y respetuosos guiños incluso a los trekkies a priori más recalcitrantes.
STAR TREK, versión 2009, posee como decimos todos los elementos del mejor cine fantástico, y su efecto entre el gran público puede llegar a ser similar, salvando las distancias, con la revolución que vivió el Séptimo Arte allá por el año 1977 con la aparición de la genuina y original LA GUERRA DE LAS GALAXIAS de George Lucas. ¿Por sus efectos especiales? ¿Por su vibrante montaje? ¿Por su excepcional banda sonora? Mucho más simple -y más complicado, a la vez- que eso: por su guión. No es que estemos ante un libreto de Premio Pulitzer, ni mucho menos, pero sus creadores al menos se han tomado la molestia de redactar una trama verosímil y atractiva protagonizada por unos personajes que, a los pocos minutos, se despojan de su carácter de icono cultural -Kirk, Spock, etc.- para dar rienda suelta a sus miedos, sus pasiones y, en definitiva, su humanidad.
Se guarda Abrams también el as con el que ganarse la complicidad de los fanáticos de la saga regalándole a Leonard Nimoy, el Mr. Spock por antonomasia, un personaje llamado a ser un mero cameo que en realidad es parte fundamental de la historia que aquí se nos cuenta. Además, ha sabido conjuntar a un equipo de jóvenes actores -váyanse apuntando algunos de estos nombres: Chris Pine, Zachary Quinto, Karl Urban, Zoë Saldana...- capaces de darle entidad propia a la recién nacida tripulación de la nave Enterprise, aparinándolos con un nutrido ramillete de buenos secundarios -Ben Cross, Bruce Greenwood, una testimonial Winona Ryder y un Eric Bana encarnando a uno de los mejores villanos de la saga- que ponen el broche estelar.
Creo que es más que evidente el entusiasmo que me ha producido la cinta, y me pasaría horas ensalzando y aplaudiendo sus muchísimas virtudes -allí donde otros caían en el pozo del tedio, caso del último INDIANA JONES, STAR TREK sobresale con nota- , pero creo que es mejor invitarles a todos, una vez más, a que se acerquen a su cine más cercano para pasar un buen rato de sana diversión. Yo, igual, hasta repito.
1 comentario:
¿Y si repetimos, pero en versión original? :-p
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