
La llegada del verano nos trajo un año más, y ya van siete, una nueva edición de la
Muestra Alcarreña de Cortometrajes, una cita ineludible en la provincia de Guadalajara que ya se ha convertido en toda una tradición cinéfila y cultural. El escenario fue esta vez el parking del Centro San José de la capital que, gracias al trabajo de los miembros del
Cine Club Alcarreño, se acondicionó de tal manera para convertirlo en un más que digno cine al aire libre, donde lo único que faltaron fueron sillas... ya que las casi doscientas personas que anoche allí se congregaron demostraron que, vista la enorme demanda, harán falta más butacas en próximas ediciones.
El acto, que como cada año fue patrocinado por la
Diputación Provincial -que concede una subvención de trescientos euros a cada pieza presentada, amén de impulsar su exhibición por la provincia durante toda la época estival dentro del programa
"Cine Alcarreño de Ayer y Hoy" junto con el
Cine Club y el
CEFIHGU- , contó una vez más con el inefable
Julián de la Fuente como maestro de ceremonias y proyeccionista, quien rápidamente cedió el micrófono a un presentador
improvisado como el simpar
Jesús Chicharro.
Como viene siendo habitual, abrió la velada el trabajo de fin de curso de los alumnos del
Taller de Cine Aficionado Cámara y Acción, que este año venía bajo el título de
UTOPÍA: una ingenua pero a la vez ingeniosa pieza donde se mezclan el humor, la paranoia y la ciencia-ficción, con claros ecos de
George Orwell o
Ray Bradbury, hecha con pocos medios pero buen gusto al que, para un servidor, sólo le falló el final -quizá esperaba algo más angustioso, tipo
LA CABINA de
Mercero- .
Mucho más sorprendente aún fue una inesperada pieza de
Carlos Gómez-Trigo,
CLASE DE BAILE, un trabajo muy breve en duración pero muy intenso en dramatismo y realización, con una coreografía y un montaje impecables y con un protagonista que fue de lo mejorcito de la noche,
Frank Feyes, perfecto en su rol de asesino a sueldo. Ésta pieza ha ganado recientemente el premio Jóvenes Artistas de Castilla-La Mancha, sin duda merecidísimo vistos los resultados.

El tándem
Ana Gaspar-Elvira Ongil, sin duda dos de los jovencísimos valores en alza de la
Asociación Cultural BAIDEFEIS, repetían un año después de
STOP para estrenar
MIEDO A LA OSCURIDAD, un corto rodado en Guadalajara durante el pasado mes de diciembre. Sátira y humor negro se dan la mano en esta pieza -lástima que caiga en algún que otro fallo de guión evitable- protagonizada por
Chus de la Cruz y otro habitual de estos menesteres,
Conrado Berlinches, perfecto como siempre en su papel de...
Conrado Berlinches.
También por segundo año consecutivo participaba la joven
Adela Burgos, conn el título más largo que se recuerda del más de medio centenar de cortos que ya han pasado por la MAC:
LA INCREÍBLE PERO CIERTA, O AL MENOS CONVINCENTE, HISTORIA DE LOS Ñ-MEN, un chiste bienintencionado pero fallido a costa del cine de super-héroes -un servidor no podía dejar de pensar en los
MYSTERY MEN- cuyo
frikismo me hizo añorar el anterior trabajo de su directora,
TODAS LAS PEQUEÑAS COSAS, visto en la
7MAC y que, aunque algo previsible, estaba realizado con cariño y buen gusto. Obviamente, si de algo sirve esta Muestra es para dar cabida a todo tipo de creadores y experimentos cinematográficos, y no seré yo quién le quite a nadie sus ilusiones para que haga el corto que le dé y como le dé la gana, pero quien esto suscribe no consiguió entrar en el juego ni reirse con las gracias.

Mucho más sorprendente, y divertido, fue la nueva obra del colectivo
MINDUNDI RECORDS, que, encabezados por otro genio renacentista,
Jorge Sánchez Cabrerizo, participaban en esta muestra por cuarto año consecutivo, siendo ya sin duda los veteranos de esta cita veraniega.
LOS 10 USOS DE LA CUCHARA tiene el hándicap de que su ritmo va de más a menos, pero es de agradecer que, tras
DOMOVOI,
EL CASO DEL GUIÓN PERFECTO y
LEYES, por fin un guión no depende tanto de las situaciones cómicas ni de los gagas audiovisuales, sino de sus personajes que evolucionan a lo largo de todo el metraje, además de hacer gala -como casi siempre- de una narrativa visual poco convencional y sorprendente.
Fue también la noche de los
gángsters, ya que hubo dos obras que cuya temática giraba alrededor de este género.
EL SINALOENSE, de
Héctor García, cuya historia se sitúa entre México y California, posee todos los vicios heredados de
Robert Rodríguez y el peor
Quentin Tarantino: violencia extrema y gratuita, muchos
chingados y
putitos y poca sustancia en el guión. Mucho, muchísimo más loable fue
LUPARA BIANCA, de
Daniel Ramírez, todo un homenaje -también con violencia, sí, pero con una clase y un buen gusto exquisitos- al cine de mafiosos, capos y
padrinos, con un
tempo perfecto, una fotografía y un montaje sorprendentes y, sobre todo, la enorme presencia de
Natalio Martínez, tristemente desaparecido hace poco, que llenaba la pantalla cual
Paul Sorvino en
UNO DE LOS NUESTROS. Sin duda, de lo mejor de la noche en el que, por ponerle un pero, me sobró un epílogo que poco o nada me aportaba a lo ya visto antes de los títulos de crédito finales...
La velada se cerró, ya con fresco y de madrugada, con la cinta de
Jesús Alonso DESEANDO CONOCERTE... -
rodada en Guadalalajara hace poco más de un año y
cuyo estreno tuvo lugar el pasado mes de abril- , de la cual, me permitiréis, me abstenga de escribir aquí cualquier juicio ya que he sido parte implicada y directa de este proyecto y no sería ni justo ni objetivo.

Finalizó la noche con unas breves palabras de
Alberto Sanz, presidente del
Cine Club Alcarreño, y una gran foto de familia con todos los participantes, pensando ya, seguro en la 8MAC del 2010.
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